En la noche, el viento me trae sonidos de música y voces que están lejos. Escucho el soplar en las ramas de los árboles en la madrugada.
Y el sonido de lluvia que pongo en mi teléfono me hace pensar que disimula el sonido de mis lágrimas cuando se hunden en la almohada.
Y pienso si tal vez el viento podría soplar lo suficientemente fuerte algún día para que los escuches y te atormenten hasta el fin de tus días.
Compartir por una vez está aflicción.