Y ya no tengo ni un día más para estar contigo.
Dios lo sabía y siempre lo supo, que íbamos en cuenta regresiva
hasta hoy.
Hoy te voy a despedir a un aeropuerto,
te daré la bendición como hace mi mamá conmigo
y tu te iras lejos a un lugar donde no puedo seguirte.
Siempre quise contar los pasos que hay entre tu casa y la mía,
pero nunca pude.
Me distraía pensando en ti.
Cuantos kilómetros habrá?
Podría contarlos mientras camino a ti?
Cuantas lágrimas me esperan hasta llegar a ti otra vez?
Todos me miran y me dicen que debo ser fuerte y no desanimarme.
A lo mejor,
es que no disimulo bien y en el fondo de mi pupila
esta mi verdadera yo
que quisiera gritarte que no te vayas.
Pero al final es tu vida,
no es mía y nunca perteneceremos el uno al otro.
Porque sin importar cuanto tiempo compartamos
nunca seremos uno.
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