jueves, 23 de agosto de 2012

logofilia

Si alguna vez me acusan de infiel,
de que engaño a mi amado,
he de decir que se equivocan.
Yo no tengo un amante,
 en realidad son 27 amantes
y juntos hacemos una gran orgía
cada vez que me siento mal.
Siempre están para mi,
esperando en silencio
cada uno por separado.
No puedo quedarme solo con uno
siempre tengo que tener al menos dos
para jugar un segundo,
necesito de todos para poder sanar.
Ellos me abrazan fuertemente,
se quedan aquí conmigo
hasta que me siento mejor.
Con besos suaves secan las lagrimas
que corren por mis mejillas
me consuelan, me calman.

A veces no hace falta sentirme mal,
ellos me buscan me invitan y salimos.
Andamos juntos en la calle,
hacemos nuestras cosas frente a todos
y no parece importarle a nadie.
Con ellos todo es mas fácil,
pues no son celosos, más bien
son felices de compartir junto conmigo.
Todos quieren ser utilizados por mi,
todos han prometido ser mis esclavos.

Pero hay veces que es al revés.
Una de tantas veces ellos llegan por mi
me toman a la fuerza y no se como escapar.
Les repito que se detengan pero no me escuchan.
Creo que es su venganza por utilizarlos
solo cuando me siento triste.
Al final de cuentas no me importa
por que cuando todo termina
admito que me gusta.

Necesito de ellos para soltar mi melancolía retenida,
o para sacar la desesperación que se acumula
y que cuando estoy con ellos explota.

Solo le soy infiel a mi amado con ellos,
aunque creo que es mas como que a ellos
les soy infiel con mi amado.
Ellos han sido primero que nadie,
ellos son antes que yo.

Yo no tengo un amante,
yo tengo 27 que siempre están conmigo
y espero que nunca se alejen de mi.






jueves, 9 de agosto de 2012

Pensamientos sobre el futuro incierto e indefinido

Ha pasado ya algún tiempo, ya es agosto. Nueve de agosto.
Este invierno esta resultando extraño y casi no ha llovido. Mi mama esta preocupada porque las siembras la gente, necesitan la lluvia. En general, la tierra necesita la lluvia.

Mi vida sigue siendo mas o menos la misma de hace un año. Sigo aquí en mi casa, viendo anime y perdiendo el tiempo. Aunque ahora conozco mas gente de por aquí por mi casa, y me hace ilusión salir y poder hablar con alguien de lo que sea. Me siento tonta por sentirme así, pero al final de cuentas es lo que me hace feliz.

Estos últimos meses me he concentrado en eso, en buscar cosas que me hagan feliz, aunque no sean cosas demasiado grandes. Soy feliz con cualquier cosa que me haga reír, que me haga emocionar, que me haga sentir algo.
Desde hace tiempo que siento eso, que ya no siento ni veo las cosas como antes. Como si todo tuviera un velo oscuro que no me deja ver los colores brillantes.

¿Será que así es como va a ser mi vida de ahora en adelante?

Siempre me pregunto eso. Me pregunto como va a ser, que voy a hacer, con quien voy a estar.
Tengo muchas amistades que se han alejado, nos hemos alejado. Me pregunto si me voy a alejar de las personas que tengo a mi alrededor ahora.

Pienso, siempre pienso en el futuro. Lo mas difícil es que me da miedo. 
En mi casa siempre me están regañando porque dicen que pareciera que no tengo ambiciones, que no quiero nada de la vida porque no consigo un trabajo o no esfuerzo lo suficiente en la universidad. La verdad es que mas que no tener ambiciones es el miedo a equivocarme el que me mantiene aquí. Tengo miedo a fracasar otra vez.

Tal vez después de todo no me he levantado, mas bien solo me he arrastrado hasta donde estoy. Con el pasar de los días gano y pierdo confianza y seguridad en mi, y a veces también pierdo y gano confianza en la vida, en el destino, en Dios.

Últimamente he estado escuchando muchas cosas sobre Dios, que el no es malo y así. Que hay que ser como Job que a pesar de todo lo malo que le paso (que fueron muuuuuchas cosas malas) siempre le fue fiel.
Yo no lo he sido, siempre que tengo problemas le pregunto ¿Por que? ¿Por que yo? ¿Por que mi familia?
Y lo insulto y lo aborrezco desde lo mas profundo mi corazón, donde me duele todo lo que me pasa.

Me pregunto si algún día estaré satisfecha con mi vida, con quien soy, con lo que soy. Si algún día estaré satisfecha con lo que tengo, con lo que vivo, con lo que me rodea.

El futuro nadie lo conoce, solo Dios. ¿Seré capaz de soportar lo que me traiga el futuro?
Sea bueno o malo, tengo que estar lista. Eso es lo único que pienso últimamente, que lo bueno o lo malo ya no me puede tomar desprevenida como antes.