viernes, 25 de agosto de 2017

CAZO

Nuestro amor se nos ha agujereado.
Antes era un cazo grande, fuerte.
Pesado por momentos, 
pero que cargado entre los dos no era difícil de llevar.

Con el tiempo te has distraído, 
lo has dejado caer, se ha rajado 
y es carcomido por el agua estancada que dejamos de cambiar.

A veces me da la sensación que te has ido,
y me dejas el cazo.
Y me canso de llevar el cazo conmigo,
sin saber si tú aún quieres llevarlo también.
Hay días que me canso y arrastró el cazo.
El cazo cada día se quiebra,
se reseca, se deshace más.
Se le hace moho en el fondo, 
y aunque estiró mi mano para arrancarlo 
necesito tu ayuda para poderlo limpiar.

El agua poco a poco se sale del cazo, 
y me asusto de pensar que es el único poco de agua que tengo, 
que si bien está sucia y estancada, 
es nuestra agua. Yo no la quiero dejar.

Me da sed caminar con el cazo, 
es pesado y grande para mí sola. 
Tú solo lo quieres cargar cuando tienes sed 
y quieres beber, aún si el agua esta sucia. 
Quiero tomar agua, pero cada vez es menos 
y cada vez tiene un peor sabor.

A veces creo que necesito reparar el cazo, 
que necesito limpiar el agua.
A veces creo que necesito cambiar el cazo, 
tal vez necesito cambiar el agua.

Tal vez necesito un cazo solo para mi

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