domingo, 3 de octubre de 2021

De los pensamientos suicidas y el tiempo libre

 Hoy estuve pensando en matarme de nuevo.

Hay días que la sensación de angustia y de desesperación es muy fuerte y me pasó todo el día dándole vueltas a las mismas ideas una y otra vez.

En eso, me tope con el pensamiento de que si lo hacía, alguien me iba a encontrar.

Hace 15 años, cuando también pensaba en matarme, me imaginaba una escena de mi familia encontrándome en mi cuarto desangrada o sin responder. Para mi en ese entonces, matarme no era solo una forma de salir de mi bucle de sentimientos negativos, sino un castigo para ellos por qué pensaba que eran los culpable de todo lo que estaba mal en mi.

Pero ahora que soy una adulta, las cosas se complican. El deseo es el mismo, morir como forma de detener el ciclo que se repite en mi una y otra vez y me asfixia. Pero no culpo más a mi familia, ni a nadie. Y pienso de qué forma podría alejarme de todos disimuladamente, tal vez dejar cartas diciendo que estoy bien, que quiero estar por mi cuenta y que no me busquen. A quien engaño, eso no bastaría. 

Quisiera poder ser un animal de esos que cuando sienten que van a morir se alejan a una esquina y se esconden para morir solos. Y que la tierra y sus gusanos me engulleran y regurgitaran en otra forma de vida menos consciente.

Entonces mientras manejo en la San Juan veo a una mujer, tal vez de mi edad, vendiendo galletas a la orilla de la calle con una niña de unos 2 años.

Y pienso que putas está mal en mi para querer morirme todo el tiempo, que hay tanta gente que quisiera tener la vida que yo tengo y aún así yo me pasó horas, días y años pensando en morirme.

Siento tanta culpa por darme permiso de sentirme mal, porque al final, es un privilegio tener tanto tiempo libre para pensar estupideces mientras que afuera hay gente que no sabe que putas hacer para llegar al otro día. 

Si pudiera cambiar con ellos, si pudiera darle mi vida a alguien que tenga ganas, lo haría. 

Si tuviera ganas de vivir por mi misma, lo haría. Pero no tengo. 

Me acuesto en mi cama y miro al techo, esperando que el día se acabe, esperando que lo que putas este mal en mi haga que el sentimiento se acabe. Y que mañana me despierte para seguir arrastrandome en mi miseria. Odiandome constantemente aunque no sea racional, asfixiandome en ideas que dan vueltas una y otra vez.

Pensando en como hacer que el dolor se detenga.

miércoles, 11 de agosto de 2021

De las decisiones, los ratones y las puertecitas

 Mientras termino de leer otra historia, de los cientos de miles que he leído, me rasco un ojo con un dedo y la presión me hace ver luces de colores en el interior de mi párpado mientras el otro ojo desenfoca las letras del teléfono. 

Tan quieta que siento mis pulmones subir y bajar, tan quieta que siento mi corazón palpitante.

-En verdad esto es lo que es mi vida? - me preguntó en el monólogo eterno de uno mismo con sus pensamientos. 

-Si y si no me gusta la puedo cambiar. Es mi vida, son mis decisiones, yo eligo.- dice una parte de mí que siempre existe pero nunca hace eco.

Podría cambiar mi vida si yo quisiera verdad?

Pero que es lo que yo quiero? Es esto lo que quiero?

Todas las cosas por las que me he esforzado y que he obtenido hasta ahora, en realidad son lo que yo quería?

No lo sé.


Soy más como un ratón de laboratorio, encerrado en un laberinto en el que me permiten correr. Un raton al que le abren una puertecita y por ser tan pequeño piensa que el elige pero no. Solo son puertas que se abren y cierran y el instinto de ratón te dice que tenes que correr, que tú abriste esa puerta y que es lo que querías.

Pequeñas partículas de polvo brillan de muchos colores a contra luz frente a mi ojos, y el dolor de una pata me recuerda lo mucho que he corrido en el laberinto y lo cansado que es. Y pienso en todas las puertecitas que se han abierto y cerrado en estos años. En lo cientos de pasos, quesos y rueditas en las que he dado vueltas pensando que eso es lo que quiero cuando en realidad es lo único que puedo alcanzar.

Me preguntó entonces si los de arriba me observan correr y escriben mi número en un cuaderno, pensando que otras puertas me van a abrir, pensando hasta cuándo me dejarán correr por el laberinto, si saben cuándo se acabará el tiempo.


Y cuando el gato toca mi puerta y me pregunta: 

"Que haces en las nochesitas?" Yo respondo que barro mi cuarto y me acuesto a dormir, porque mañana hay que seguir corriendo en el laberinto.


Y aunque soy un raton, sé que en la esquina, nos espera el diablo.

domingo, 1 de agosto de 2021

Of self value and improvement

 A veces tengo la impresión que ya nunca voy a poder volver a estar bien.

Ya no recuerdo cómo era estar bien, ser normal, y cada día q pasa siento que caigo en un abismo más grande y me rompo de lugares que creí ya estaban quebrados. Tengo tantas heridas que nunca sanan y que ya me cansé de lamer, entonces las dejo sangrar libremente. Pero nunca muero.

Es este sentimiento de desesperanza que me arrastra y me aleja cada día más de todos.

Ya nunca voy a poder ser normal

Nunca voy a poder creerle a nadie.

Y yo, no valgo nada.

lunes, 10 de mayo de 2021

And so here we are, 10 years later. Still fucking a-LIVE

 No recuerdo cuando fue la última vez que escribí aquí, pero este año hace 10 años que inicie este blog. Fue en ese tormentoso 2011 que inicio este viaje. Este proyecto para sacarme un poco a mi mismo de mi estado mental de total depresión, de completa aberración por mi misma y mi existencia. Un lugar donde pudiera derramar en letras y palabras y oraciones todos esos mórbidos pensamientos que se me escurrían por las noches y se me volvían lágrimas y gritos.

A veces quisiera volver en el tiempo y decirme a mi misma que todo iba a estar de alguna forma bien. Que 10 años después íbamos a estar aquí, sentados enfrente de la computadora de nuevo. Que las pesadillas y los fantasmas y demonios que me gritan día y noche no se alejarían, pero que con el tiempo sus voces se hacían familiares y sus palabras ya no pesan tanto. 

Hay días buenos y días malos. Hay momentos en que me desconozco a mi misma, y me siento tan llena de alegría y es tan efímero que cuando se me acaba ese rayito de luz, la oscuridad se siente como una goma espesa y negra que no me deja moverme ni respirar. 

Han pasado tantas, pero tantas cosas que sería imposible para mí tratar de recordarlas todas ya. Algunas las repasé tantas veces que las historias se mezclan con recuerdos, con imaginación y se vuelven como un cuento, una leyenda de algo que paso y que ya nadie sabe si fue verdad. Hay testigos, muchos testigos de muchas cosas, pero nadie se recuerda ni daría fe de nada. 

Cuando pienso en la razón por la que deje de escribir, fue porque siempre terminaba diciendo lo mismo una y otra vez, y la sensación de vacío no se iba. Ahora entiendo que nunca se irá, y si escribir, aunque sea lo mismo una y otra y otra vez ayuda a que caer se sienta menos largo y desesperante, entonces lo voy a hacer. 

Mi yo de hace 10 años era tan más valiente que la yo de ahorita. Antes pensaba que estaba quebrada y fragmentada, y no me di cuenta de que aun con todo lo que me estaba pasando estaba más completa que nunca. 

He dejado tanto de mí en estos 10 años en tantos lados, en tantas cosas, en tantas personas. Antes me ponía a pensar si sería posible recuperar todas esas cosas que perdí o que me robaron o que regale, pero ahora sé que nunca volveré a tenerlas. Todas esas partes de mí ya no existen, y yo, así incompleta, vacía y quebrada es lo único que tengo. No hay fórmula mágica que me haga volver en el tiempo, no hay nada en esta vida que detenga el hecho de que el tiempo pasa y el mundo sigue con o sin mí. No hay forma de dejar esta realidad sin afrontar consecuencias. Y enfrentar la realidad siempre ha sido lo más difícil.

Ahora sé mejor todo lo que pasa, le he podido poner nombre a todas esas cosas curiosas que me pasaban que a veces se veían tan inocentes e inofensivas, pero que se volvieron problemas constantes que no me permitían seguir. Aún tengo mucho adentro, mi psicóloga dice que trabajar conmigo ha sido uno de los retos más interesantes que ha tenido porque "nunca sabe con qué le voy a salir".

No hay una constante conmigo, las cosas saltan del punto A al X sin razón ni motivo, mi cabeza sigue yendo a mil por hora en una danza que mi cuerpo no puede seguir. Hay tantas historias, tantos fantasmas, tantos personajes enterrados entre montañas y montañas de basura que es difícil verlos otra vez. 

En algún momento apagué la luz y cerré muy fuerte los ojos para alejarme de todo cuanto pude, que volver abrir esa puerta y volver a sentir es tan... doloroso.

Ya no me recuerdo la última vez que disfrute de un beso, de un abrazo. Ya no me recuerdo cuando fue la última vez que soñé con el futuro y lo vi con esperanza en vez de resignación. Ya no me recuerdo cuando fue la última vez que cree castillos en el aire sin importar las consecuencias, sin miedo a que no se hicieran realidad. Ahora no quiero desear ni pedir nada, solo quiero aceptar lo que sea, porque la decepción es tan grande y duele tanto, que no creo poder existir esperando cosas de nuevo. 

Dicen que necesito más esperanza, pero ¿cómo? ¿Esperanza en qué? Si igual, ninguno de nosotros sale vivo de esto.  


wtf is this shit? this thread is still going on? - Annoyed Picard -  quickmeme