jueves, 19 de octubre de 2017

De que tengo los dedos pegados y ya no se que escribir

A mi se me acabaron las palabras. A veces creo que tengo cosas que decir, pero me pesan tanto en el corazón, en las manos, en la cabeza que simplemente me entumezco toda y tal vez con tal de no sentir, me congelo y paso de sentir, de pensar. Paso de estar triste y de ponerme a llorar sin remedio.

Solo creo que estoy cansada de sentirme triste y sola, que ya no tengo ganas de llorar porque ya llore mucho y por tanta estupidez que me pude haber evitado.

Y las lagrimas se me acumulan en los ojos y dejo ir solo una, solo para sentir que me libero de ti, por gotitas pequeñitas de agua salada.

Tengo la tristeza dormida en algún lado, escondida, relegada a la esquina al rincón mas oscuro. Y trato de poner lamparas, luces de colores, rótulos titilantes, música y alboroto. Le pego stickers de caritas felices a mi corazón, y aunque a penas se sostienen los pedazos siento que me voy sanando. Que me van cerrando las heridas, que mis cicatrices son rosadas y sensibles. Y me gusta pasar el dedo en la herida, no por la herida sino porque me encanta ver mi cicatriz.
Como quien siente que ha ganado una batalla y regresa herido pero triunfal.

Así pretendo salir de esto. Acariciando las cicatrices, sitiendome contenta aun cuando a penas y puedo existir sin recordarte y ponerme a llorar. Cuando apenas quiero nada, cuando no quiero esperar nada de nadie y trato de sobrellevar un día a la vez. Quiero sentirme orgullosa de mi, porque de alguna forma te estoy arrancando de mi. Hasta que un día dejes de ser un triste recuerdo.

No se, solo tengo la esperanza de que se me despeguen otra vez los dedos, que se me destape la mente y pueda volver a escribir. Como si escribir a la larga, fuera sinonimo para mi de ser feliz.



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