dulcis et acerbus inspiratĭo

No hay un momento exacto; no existe.
No se puede predecir ni pronosticar como el clima.
No se puede mucho más que suponer o tal vez adivinar.
De repente, un montón de letras que se vuelven palabras y
estas se vuelven oraciones que poco a poco inundan tu cabeza.
Mentira, no es poco a poco, es de golpe.
No tienes tiempo para pensar cuando llega,
solo eres un títere,
solo eres el mediador que lleva el mensaje.
No puedes detenerlo,
y si lo haces,
pagas al sentir una desesperación
como si alguien te estuviera quitando el aire para respirar.
Tu corazón late con fuerza dentro de tu pecho,
tus manos tiemblan al llegar el momento,
tienes miedo porque no sabes que se vendrá.
Hace un minuto todo estaba bien,
ahora parece que si no haces lo que te dicta
te mueres.
No se debe pelear contra ella,
seria como blasfemar sobre algo sagrado.
Sentís una calidez y un escalofrió en el cuerpo,
como si alguien o algo
susurrara o a veces gritara cosas en tu oído.
A veces entras en pánico,
otra veces sentís que todo va a estar bien.

Durante un tiempo parece una maldición,
ya después la empezas a apreciar,
la llegas a amar.
Si desaparece de tu lado,
te sentís miserable e inútil.
El sentido de la vida desaparece si no esta contigo.

Pero cuando de repente vuelve a aparecer
casi lloras,
casi gritas,
casi corres,
porque no sabes cuanto va a durar
y te va a doler perderla otra vez.

Te arrastras, le rogas,
NO TAN RÁPIDO
pero no te escucha.
Y si no sigues su paso,
nuevamente se va.

Vivis en ese estado de letargo
mientras esperas su regreso.
Cada vez se hace mas duro esperar.

Eres su esclavo.
Un títere.
Un emisario.
Un medium.
Un adicto también.
Tus manos nunca mas vuelven a ser tuyas.
Tus ojos nunca mas verán lo que tu quieras ver.
Tu cuerpo ya nunca hará lo que le digas.
Tu corazón ya no latirá por quien tu quieras.

Tienes un nuevo dueño, la inspiración.